Esa gota que cayo en aquel vaso, tan vacío pero tan lleno a la vez…
Fue una gota que lo cambio todo de aquella alma que aun creía en el amor.
Fue una gota que lleno el vaso rebozándolo de aquel brebaje embriagador de penas y angustias y a la vez rizas y alegría que cambiaban un día miserable, frió y gris, al principio de la primavera.
Y fue aquella última gota la que lo deshizo y lo hizo todo…
Fue esa la que le dio el fin a tantos sueños y esperanzas impuestas por la imaginación,
y le dio el inicio no solo a un mar, sino a todo un océano ya conocido pero nunca explorado a fondo..
Este nuevo lugar era exactamente lo que pretendía necesitar,
donde podían caer incalculables gotas y nunca rebozaría nada, nunca seria suficiente, porque nunca existiría aquel vaso, ni otra alma dolida…
Ya dará el tiempo otra vez su lección, si volverá a ocupar su lugar aquel vaso
para que vuelva a rebozar con aquella ultima gota
y empezar una nueva historia, donde aquella alma
vuelva a creer en el amor…
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